Como pasa en absolutamente todos los terrenos de la vida cotidiana, hay una omisión permanente de las voces femeninas, como si no hubieran formado parte, o como si su peso e influencia fuese menor que el de los hombres. Es normal que al pensar en la Generación del ’27, posiblemente la generación de poetas y artistas más influyentes que se recuerde, nos vengan a la cabeza nombres como los de Federico García-Lorca, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Miguel Hernández, Max Aub o Dámaso Alonso, por mencionar solo a algunos. Pero, por lo general, ni rastro de mujeres.
Con los años, las mujeres que formaban parte del Lyceum Club Femenino y Las Sinsombrero comenzaron a tener cierto reconocimiento; pero, muchas veces, más como iconos simbólicos de ser mujeres empoderadas y creadoras en aquella época, que como realmente haber forjado algunas de las obras más valientes de la época. La pianista, compositora y cantante Sheila Blanco ha decidido acabar con esa omisión y silencio. Literalmente: tras tres años de investigación ha seleccionado algunas de las obras que más la emocionan de poetisas de aquella generación, y las ha transformado en canciones.