A finales de 1961 Pete Terrace, uno de
los grandes músicos de la era del mambo, rompió su contrato con Tico Records e
inició una nueva etapa en su vida al frente de su orquesta. El disco de aquel
final se tituló Baila la Pachanga y aludía al ritmo de moda en ese tiempo. Sin
embargo, el álbum tenía de todo: guarachas, boleros, latin jazz y cha cha chá; una
muestra del talento de Terrace y de su ductilidad para componer y arreglar
varios géneros y estilos. Terrace se había hecho famoso por orquestar
estándares en tiempo de mambo y eso lo trasladó a su mencionado disco que salió
al mercado a finales de 1962 y del que hoy hablaremos en La Hora Faniática.