En 1968 el ilustre patriarca de la
familia Lucca, don Quique, dejó la dirección musical de su orquesta, la Sonora
Ponceña, en manos de su talentoso (por no decir, genial) hijo Papo. Rápidamente
la Sonora, con otra dinámica, emprendió el camino de las grabaciones en LP tras
la firma de un contrato con el sello Inca. Su primer álbum se tituló Hacheros
pa’ un Palo, y el segundo, grabado y publicado en 1969, se tituló Fuego en el
23!, y supuso un éxito mayúsculo, el primer gran hit de una orquesta llamada a
liderar la salsa puertorriqueña en los años 70 y 80. Esta es la historia de
Fuego en el 23!, historia narrada por sus protagonistas en La Hora Faniática.