Vía Radio África Magazine llega esta maravilla de sesión,
donde las emociones surgen a flor de piel sobre la arena:
“Sentada delante del
mar, ve como una enorme bola naranja se va hundiendo poco a poco en el
agua. La brisa, que huele a coco, le mueve las trenzas sin compás. Sus
labios saben a salitre y a cachaça. De fondo suena la música”.