Si Chano hizo el mayor aporte con sus congas en el jazz, Armando Peraza hizo otro tanto en el rock y el funk. Probablemente fue el primero en hacerlo, pero es tanto lo que hizo, fueron tan numerosas sus participaciones en discos de éstos y otros géneros, desde el jazz a la más pura música litúrgica afro-cubana, que puede resultar inabarcable este intento de acercarnos desde Desmemoriados a la sonoridad de sus congas, a la famosa rapidez de su manos y a su carisma singular. La música tiene que sentirse agradecida porque esta vez le ganó al deporte: sumó un eminente conguero, que en sus años jóvenes quiso ser pelotero de Grandes Ligas.