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Description

Tan fuerte y tan grande fue lo que conquistó, tan demoledor
el poder de su imagen, que quizás para 
las que vinieron después continuar el camino resultó inalcanzable. Ya Celeste Mendoza no es terrenal: es  un mito que vive. Y su corona aún espera por
que sea ceñida sobre una cabeza de mujer que, si no supere, al menos iguale su
proeza. Por eso es La Reina del
Guaguancó. Desmemoriados te la presenta
tal como era, con todo el esplendor y la diversidad de lo que cantó y bailó.