Es
decir, la crema de la crema, lo mejor que uno ha escuchado en pop internacional
en 2016. Vamos a ponernos más pejigueros: parte de lo mejor. Una muestra de
discos seductores que hemos descubierto en nuestro rincón de RGP a lo largo del
presente año.
Cierto,
cierto: es una selección incompleta. Otros atractivos discos contemporáneos han
ido sonando en anteriores ediciones del MAPA SECRETO, a las que remitimos al
oyente curioso: “Liturgia para Bowie”, “Cuerpo y alma”, “Algunos santos, muchos
pecadores”, “Blonde on blonde 2016”, “Un tiempo elástico”, “Blind Willie
Johnson, entonces y ahora”, “Música dulce”.
Y
también se trata de una antología sesgada. Somos conscientes de que aquí no hay
músicas del mundo ni demasiado indie, géneros mejor cubiertos en otros
programas de la emisora. También se obvian esos superlanzamientos que
concitaron la atención mediática; se supone que RGP ofrece una alternativa.
Lo
que sí se puede garantizar: es un compendio de canciones hermosas, Trece o,
para ser más exactos, doce más un instrumental. Que conste que tampoco nos obsesionamos por la
actualidad estricta. Por ejemplo, I’d
much rather be with the girls es la versión Ronnie Spector, editada en 2016,
de una canción que los Rolling Stones grabaron en 1965 y que originalmente se
llamaba I’d much rather be with the boys; tiene la particularidad de que está
firmada por un tándem insólito: Keith Richards y su mánager de entonces, Andrew Loog-Oldham.
Ocurre
que no nos resistimos a las rarezas, a las canciones que se salen del canon del
artista. Y más si tienen morbo: el subtexto gay de la letra, el flirteo
clandestino entre Ronnie y Keith, la esforzada evocación de las producciones
neoyorquinas de principios de los sesenta. Esas cosas que nos intrigan y nos
entretienen. La esencia del pop.