Leyenda
entre productores, Owen Bradley grabó infinidad de joyas del country y el rockabilly en un barracón prefabricado,
material excedente procedente del US Army.
Esto les cabrea mucho a los arquitectos
especializados en construir espacios de acústica perfecta para grabar o actuar. Pero es cierto: seguramente, el
estudio más rentable de Nashville, durante los años 50 y 60, fue un barracón usado durante la Segunda
Guerra Mundial, reciclado por Owen Bradley (1915-1998).
“Quonset huts” se llamaban aquellas
construcciones portátiles. Bradley compró una y la convirtió en un estudio
anexo a su casa de Nashville. La ciudad de Tennessee vivía un boom de la industria musical y Bradley
conocía el secreto para hacer discos brillantes de forma rápida: un equipo bien
conjuntado de instrumentistas eficientes (más The Jordanaires, si necesitaban
voces). El recinto para grabarlo, pensaba Bradley, era lo de menos.
Bradley firmó allí algunos de los discos
más emotivos del pop del siglo XX:
aquellos dramas de amor que escenificaba Patsy Cline. Tenía buen olfato para el country femenino,
como demostró con Brenda Lee, Kitty Wells y Loretta Lynn. Igualmente, supo
adaptarse a la sofisticación que requería el sonido countrypolitan. Pero además
grabó rock and roll sin prejuicios, usando a sus propios músicos o los que
venían con el cantante. Una señal distintiva de su arte: sus discos solían
concluir de forma natural, nada de desvanecidos para que se luciera el locutor
de la emisora.
Los prodigios que hacía Bradley en aquel
tubo semicilíndrico llevaron a que Columbia adquiriera su estudio, con la
salvedad de que Owen podía seguir grabando allí a artistas para el sello que le
tenía contratado, Decca Records. Mientras tanto, el hombre se compró una casa
rural en las afueras de Nasville donde realizó otra misión imposible: transformó
el granero en estudio de grabación. El
Bradley’s Barn se convertiría en otra legendaria fábrica de música. Supongo que
ese edificio de madera, por donde pasaron desde Keith Richards a k. d. lang, se
merece otro capítulo.