En un país de tantas cantantes temperamentales, ella fue, probablemente, la que más. Es que Moraima Secada no encontró otro modo de lidiar con sus sentimientos, que no fuera desde la canción. Pasó de manera notable por los dos cuartetos vocales cubanos más importantes y luego, como solista, se arraigó en el gusto popular y es recordada como una de las cantantes más notables y queridas.