En 1965 Graciela Pérez era ya una de las glorias de la
música latina. En aquella etapa de transición entre dos modas, la de la
pachanga y la del boogaloo; y entre dos formatos, las grandes orquestas y los pequeños
conjuntos, Graciela, hermana de Machito y cuñada de Mario Bauzá, solía
presentarse con su habitual estilo picante, alegre, fiestero y dicharachero, un derroche de energía en el
escenario. Ese año Graciela grabó su segundo disco
como solista para Tico Records acompañada por la orquesta de Machito. Se tituló
Íntimo y Sentimental, y esta es su historia en La Hora Faniática.