Cuando Ignacio Villa
desembarca en México en enero de 1933 junto a Rita Montaner, no se puede
imaginar que su destino está a punto de cambiar. En el Teatro Politeama se
presenta solo, a causa de una enfermedad de la diva, y lo hace por primera vez
como Bola de Nieve. Todos quedan cautivados y especialmente Agustín Lara. Así
pues los dos pianistas graban para la Peerless, cada uno en una cara del disco.
De esta suerte nace la primera grabación de Bola como solista “No dejes que te
olvide”, que ya lleva su marca: una pura canción de chansonnier, con sus
sorpresivos cambios de ritmos, sus sentimientos desgarradores, sus titubeos
entre el deseo de olvidar un amor fallido y el temor de ser olvidado por el que
se va. El miedo del solista a estar solo. Disfruten amigos.
