Ella se hacía llamar Sola.
Le gustaba el soul, el funk, la bossa nova en clave de jazz. Tenía una voz
potente a lo Betty Davis y cantaba en español, pues había nacido, se dice, en
el estado de Acapulco. En 1971, grabó con Manuel Alejandro su disco debut Un
muñeco de madera, que incluyó la famosísima balada Soy rebelde. De ese álbum
les traigo Tabú, tabú, un himno hippie a la libertad sexual, al hedonismo y a
la rebelión. Dice: "Si quieres una vida larga aunque sea falsa aunque sea
fea, olvídate del sexo y piensa que los niños los traen las cigüeñas". No
hace falta añadir que Sola murió joven, fiel a sus ideas, en los albores de sus
40 años.
