Nadie puede olvidar los relatos de la infancia. Sus héroes
fantásticos son parte de la cultura popular y de las mil y una noches de
siempre, de todos los tiempos y de todos los lugares. De allí que la música
afrocubana esté llena de versiones que ponen ritmo a aquellos viajes de
aventuras y a aquellos relatos de hadas, ogros, ladrones, princesas, lámparas,
marinos, muñecos de madera que cobran vida y vaqueros que mueven montañas. Una
playlist que comienza con el prodigioso piano jazz de Frank Emilio Flynn y
culmina con un guaguancó a dúo de aquella extraña pareja llamada Patato y
Totico.