Cuando, con la osadía de su juventud, se presentó delante de
Giraldo Piloto Bea, para decirle que sí, que él podía ser uno de los
diseñadores del naciente sello Areíto, Eduardo José Marín Potrillé no imaginaba
lo mucho que llegaría a amar ese trabajo, que en cierto modo, con el carácter
utilitario de los vinilos, lo colocaría literalmente en las manos y los oídos
de muchísimas personas. Esta playlist es el reflejo de aquel legado sonoro.