Como norma, cuando Chucho Valdés recomienda que escuches
algo, la satisfacción melómana está garantizada. La rara condición de haber
vivido, por ser hijo de Bebo, en el vórtice de la creación de la música cubana,
desde que su edad se contaba con los dedos de una mano, se une en él al consumo
adictivo de todas las músicas hacia donde su fina intuición y su oído absoluto
le llevan. Para él no hay fronteras entre lo culto y lo popular. Lo suyo –la
que crea desde su piano y la que consume- es simplemente música buena. Su
paladar musical es un filtro altamente fiable y su sentido de lo importante, de
lo trascendente, o simplemente, de lo que hay que oír, te impedirán pasar por
alto esta playlist de vinilos que, en exclusiva, comparte con Colección Gladys
Palmera.
Chucho Valdés es uno de los grandes pianistas de la música
latina y del jazz en general, y para nosotros es un privilegio que rastree en
la Colección y exponga lo que considera vital en el jazz latino, pues de eso va
esto, de música cubana tradicional, la que ha escuchado desde niño; y de jazz latino, un género infinito en el que él mismo ha sido
protagonista esencial.
Su andadura en la música comenzó a finales de los años 50 en la orquesta de su padre Sabor de Cuba. Siguió con Jesús
Valdés y su Combo, donde sentadas las bases de un jazz cubano instrumental y
cantado fresco y juvenil. Más tarde al frente del legendario grupo Irakere,
hizo una ambiciosa propuesta de afrocuban jazz yendo a las raíces de la
expresión. Y luego, construyó una poderosa obra con piano solo, piano &
ritmo, y piano & ensemble, en el que ha brillado con luz propia gracias a
su prodigiosa digitación y su virtuosismo. Chucho Valdés es un auténtico
prestidigitador del piano... Y esto que está aquí es lo que él admira y quiere.
Foto: Alejandro Pérez