En la Cuba de
los años 50, con al apogeo de la radio y el mercado floreciente de los discos,
los campesinos cubanos tenían voz en La Habana. Sus costumbres criollas, sus
sentimientos y sus lamentos se escuchaban y hasta se bailaban en la capital
gracias a artistas como Guillermo Portabales, Celina y Reutilio, Radeúnda Lima,
El Indio Naborí, Ramón Veloz y Ñico Saquito, entre otros. Eran los tiempos de
la guajira de salón. Y hoy todavía resuenan sus tonadas y sus guitarras en
Colección Gladys Palmera.