La música que llamamos clásica era la banda sonora de
los saraos, ceremonias y cultos de los ricos y los poderosos. Cuando llega el
siglo XX, las comunicaciones, los discos y la radio cambian todo y los
compositores se enfrentan a la cruda realidad: guerras, soledad, miedo... Con alguna
licencia cronológica y un final forzadamente optimista, esta playlist está
dedicada a los que soportamos la realidad contemporánea, angustiosa y demencial.
