En los años 70 el soul estadounidense se tomó las discotecas
del norte de Inglaterra gracias a jóvenes ávidos de emociones en medio de
cocteles de anfetaminas. Lancaster, Preston y Wigan fueron epicentro de un boom
sin precedentes en el Reino Unido, que se conoció como Northern Soul. El
movimiento tuvo como particularidad una sana e interesante competencia entre
disc-jockeys, por hacer sonar en las discotecas temas incunables o imposibles
de identificar.
En 2014 la fotógrafa inglesa Elaine Constantine decidió
llevar al cine la historia de este movimiento musical que ayudó a definir el
rumbo de toda una generación y que influyó en el sonido de bandas de finales de
los 70. Gran parte del éxito de la película son las 54 canciones que conforman
uno de los soundtrack más interesantes de los últimos años. Hay nombres
conocidos como Edwin Starr, Frankie Valli y Marvin Gaye, pero es una caja de
sorpresas para neófitos y un buen motivo para descubrir una película aclamada
por la crítica.
Jacobo Celnik es docente y escritor. Sus libros son ya
referencia en la cultura del rock: Satisfaction, Bob Dylan: A las puertas del
cielo, Rockestra y La Causa Nacional, entre ellos.