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Hoy nos adentraremos en la vida del último de los hermanos Ozores aunque fuera el mediano, hoy recordaremos a Mariano Ozores, que empezó a aprender Lituano para ver si así entendía a su hermano Antonio.

El pequeño Mariano nació aquí, en Madrid, el 5 de octubre de 1926. La parte primera de la biografía es igual que la de Antonio, con los mismos padres, la misma abuela que los crió en Burjassot, que es el Benacazón de allí y lo de viví de estrangis como la familia de Ana Frank en los probadores de Simago. En el programa 279 está, yo no escribo más.

Su vida empieza a diferenciarse a los 14 años cuando los padres se dan cuenta que el talento interpretativo de Mariano no daba ni pa un capítulo de Gym Tony por lo que en 1946 lo pusieron en la puerta a picá las entradas con un quitagrapas.

Pero Mariano no se rindió, él quería seguir con la profesión familiar (que es el heredar una empresa de la clase obrera) y empezó a escribir pamplinas junto a sus hermanos, unos primeros escritos humorísticos para la compañía de sus padres y para una revista satírica.

En 1952, con 26 años, debutó en la gran pantalla con el guión de la película “Ché, qué loco”, que va de un hombre arruinado que intenta casarse con una millonaria y se le ven los tomates en los calcetines, le ruge la tripa cuando le pasa comida por delante, le da la vuelta a los calzoncillos. Recursos básicos del humor a los que aspira Santiago Segura.

En 1956, metió cabeza en la tele con el inicio de las emisiones de la TVE, que eso era como entrar a trabajar ahora en Tecnocasa, que no le dicen que no ni al Pocero. Dirigió y presentó algunos programas como Aeropuerto Telefunken y ya que había encontrao trabajo indefinido aprovechó, se casó con su pareja y tuvo una hija. Igualito que ahora que a ver quién consigue una pareja.

A principios de los 60 dirigió “Morir en España” y “Franco, ese hombre” porque quién le decía que no a nuestro Kim Jong Un Güebo. Una vez cumplió con el régimen del kiwi se dedicó a lo que le gustaba, las películas de entretenimiento.

Y a finales de los 60 y principios de los 70 por fin le llega el éxito con el “Landismo” que es comedia fácil con un poquito de erotismo. El erotismo no lo ponía Alfredo Landa que era un Capibara con boina.

Ya en esta época Mariano Ozores tenía tó la cara de mi casero, las orejas que no cabían en una fiambrera de embutidos de esas finitas y la cara siempre seria como si le llegara todos los días una factura de algo.

Y llegó la Transición, que Mariano aprovechó para realizar crítica social y política escondida detrás del destape y situaciones rocambolescas. Fue el segundo realizador más prolífico del cine español, sólo por detrás del Generalísimo, y consiguió retrasar el estreno en España de El Imperio contraataca por no competir con su “Yo hice a Roque III”

Desgraciadamente Mariano se quedó dormío el 21 de mayo de 2025 y a sus 98 años dijo que ya no apagaba más el despertador, aunque ustedes siempre podrán recordar cuando usen un quitagrapas o guarden el jamón cocido en una fiambrera de esas finitas.