Querido papá, querida mamá: Dios mismo quiere ser tu guía y consejero en la educación de tu(s) hijo(s). Puede que en tu infancia nunca hayas recibido amor o instrucciones útiles de tus padres. Debes saber que Dios mismo quiere ser tu Papá y guiarte por medio de su Palabra, la Biblia. Tú puedes ser un buen padre, una estupenda madre, y cumplir bien la tarea de instruir a tu(s) hijo(s).
Si tú todavía no tienes esta relación filial con Dios: Acude a Él con una sincera petición. Por ejemplo puedes decir: “Dios, yo acudo a ti y pido que perdones mis culpas, que sanes mis heridas y que me recibas como hijo(a) tuyo(a)”. Dado que Jesucristo ya pagó el precio de rescate, Dios el Padre te perdona y te recibe como su hijo(a). Puedes estar seguro(a) de que Dios no rechazará a nadie que acude a Él.
Guiar una familia es un reto que excede las capacidades personales. Pero Dios ofrece ayuda y dice: “Si alguno de ustedes tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5).
La presente edición de Mensaje de Paz puede renovar tu visión. Las pautas serán útiles para papás – y las de la última página ayudarán a los hijos adolescentes. Incluso los lectores que no son ni papás ni adolescentes recibirán nuevas perspectivas que enriquecerán sus relaciones.
