Los meses de febrero, marzo y abril en muchas regiones de Sudamérica son marcados por la vendimia, la cosecha de la uva. Con ella, un año de arduo trabajo de los viticultores llega a su punto culminante. La Biblia habla en múltiples ocasiones de este sector agrícola; tanto del labrador (el viticultor), de la planta (la vid), como también de su fruto (las uvas) y de su producto
(el vino). Una de las declaraciones bíblicas más conocidas sobre la vid se encuentra en Juan capítulo 15:1, donde el Señor Jesús dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador”.
En esta edición de «Mensaje de Paz» aprenderemos algo acerca del trabajo del viticultor divino y del fruto de su cuidado.