1) Hermosas piedras: Hoy quiero hablarte de un elemento importante que ayuda mucho a nuestra fe, porque es cuando celebramos la fe. Y es la liturgia. Cuando en el seminario empecé a estudiar sobre la importancia de cada momento de la misa y su solemnidad me impactó y me di cuenta que era un ignorante de lo que es la liturgia y la importancia de cada momento de la celebración. Por eso, cuando hoy celebro la misa trato de meterme con la cabeza en centrar mi mirada en el altar y no en la gente, hasta puse la cruz en frente para mirarlo a Él. Creo que algo que debemos trabajar es en fortalecer el amor a la eucaristía. No digo que hagamos como en el medioevo que la gente daba sus anillos y collares para fundirlos y hacerlos cálices para que cuando esté la sangre de Cristo en la copa sea en lo más digno que podamos darle. Pero sí ser más respetuosos y devotos en cada momento de la misa.
2) Piedra: También es importante que recuerdes que tienes dignidad. No podés andar todo el tiempo buscando que la gente te valore o hacer cosas solo para que la gente te aplauda. Hay gente cuya vida se reduce a querer aparecer, hasta se viste de una manera llamativa para decir “estoy acá, mírenme”. Cuando buscas que otros te valoren y que otros te miren, es posible que tu vida se convierta en un código QR, donde solo sos lo que ellos quieren que seas y tienes el valor que otros quieran ponerte. Aprende a valorarte y comienza diciendo lo que quieres y lo que no quieres para vos.
3) Cuidado: Obvio que todo el mundo habla de seguir y seguir, pero nadie nos enseña a parar. Todo el mundo habla de levantarse y avanzar, hasta de ser fuerte y de no mirar atrás. Como si parar fuera signo de debilidad. Pero detenerse también es parte de un caminar, porque hay heridas que no se curan corriendo y hay dolores que solo se calman si los dejas hablar, porque se sana hablando y poniéndole nombre a las cosas. Desde pequeños nos enseñaron a funcionar más que sentir. Parar no es fallar, es mirarse y cuidarse, es simplemente decirte “no puedo con todo”. El verdadero coraje no está en correr, sino en quedarse con uno mismo cuando todos los de tu alrededor te piden que escapes. Algo bueno está por venir.