Alguna vez te has cansado de escribir y, al revisar el resultado has dicho: “algo falla”. Te rascas un poco la cabeza y respiras profundo. Intuyes que, a pesar de usar un estilo ágil o de esforzarte por construir frases divertidas y sintácticamente correctas, la historia simplemente no funciona. O podría haberte pasado que, empiezas a escribir con mucho entusiasmo, pero al cabo de una hora o dos, terminas más bloqueado que la fosa nasal de un niño resfriado. Si es así, el post de hoy puede que te ayude a resolver ese problema. Cuando eso pasa, es que al relato que construyes le falta corazón. Sólo cuando un relato tiene corazón se le puede llamar historia. De modo en en esta entrada te explicaré cómo asegurarte de darle a tus relatos corazón, es decir, de cómo hacer que tus historias funcionen porque tienen corazón y ese corazón late.Ver más: https://israelpintor.com/como-hacer-que-una-historia-funcione/