La pandemia ha dejado una huella profunda en nuestra salud, aumentando trastornos gastrointestinales vinculados al cerebro y desvelando la lucha silenciosa del cuerpo contra el COVID persistente.
A su vez, se ha descubierto que inhalamos miles de microplásticos diariamente, especialmente en vehículos, revelando un enemigo invisible con graves implicaciones para nuestros pulmones y la salud pública. Sin embargo, la ciencia avanza a pasos agigantados: neurocientíficos están logrando "escuchar" la voz interna de personas con discapacidades del habla, abriendo nuevas vías para la comunicación y la inclusión.
Además, comprendemos mejor cómo nuestros hábitos diarios, como la mano dominante, moldean la percepción cerebral y cómo la fiebre nocturna es una sofisticada estrategia inmune, mientras se recuperan valiosos tesoros históricos que reescriben el pasado.