Jesús regresa a su ciudad y una multitud lo espera.
Unos amigos, movidos por la fe y la amistad, abren el techo para acercar a un paralítico hasta Él.
Jesús, al ver su fe, perdona primero sus pecados. Esto genera controversia entre los escribas, que lo acusan de blasfemia.
Pero Jesús demuestra su autoridad divina con un gesto contundente:
👉 “Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa”.
Y el paralítico se levanta y camina.
Este milagro revela algo aún mayor:
Jesús tiene poder para perdonar los pecados.