El endemoniado en la sinagoga
Después del desierto, la lucha contra el demonio continúa. En la sinagoga de Cafarnaún, Jesús se enfrenta a un espíritu inmundo que grita: “Sé quién eres: el Santo de Dios”.
Ante el desconcierto general, Jesús actúa: “Calla y sal de él”. El demonio obedece. No hay discusión, solo poder divino.
Este episodio no es solo una curación, sino una señal mesiánica: el Reino de Dios ha llegado y empieza la derrota del maligno.
El pueblo queda estupefacto: “Una doctrina nueva con potestad”. Y su fama se expande. Para los discípulos, fue una confirmación contundente: están ante el verdadero Mesías.