Después de 40 días de oración y ayuno en el desierto, Jesús regresa con la fuerza del Espíritu, habiendo superado las tentaciones diabólicas. Su cuerpo refleja la dureza de la prueba, pero su mirada irradia la alegría de la victoria. Mientras tanto, los seguidores de Juan el Bautista son testigos de un momento trascendental: la voz del Padre proclama a Jesús como su Hijo amado, y el Espíritu Santo desciende sobre Él en forma de paloma. La redención está cerca, y quienes lo escuchan comienzan a reconocerlo como el elegido de Dios.
Escucha ahora y revive el momento en que Jesús es proclamado por el Padre y marcado por el Espíritu para iniciar su misión.
