En este episodio, acompañamos a Jesús en su entrada a Jerusalén, donde irrumpe en el templo y expulsa a los mercaderes. Este gesto profético no es un arranque de ira, sino una acción lúcida y simbólica que denuncia la corrupción de lo sagrado.
Jesús purifica la casa de su Padre, desafía el sistema religioso de su tiempo y anticipa la nueva forma de culto que vendrá con su muerte y resurrección.
Una meditación profunda sobre la verdadera religiosidad, el escándalo del mercadeo espiritual y el comienzo del conflicto con las autoridades.
El Reino de Dios ha llegado… y empieza por limpiar su templo.
