La criminalización de la comunidad migrante y de diferentes sectores de izquierda en Estados Unidos llevó a que decenas de miles de personas tomaran las calles el pasado primero y cinco de mayo en aras de reivindicar el papel de la clase trabajadora migrante y de la soberanía de México. Y es que en los últimos meses, la administración de Donald Trump así como los medios de comunicación afines a Washington han emprendido una campaña de desprestigio del gobierno de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Además, la persecución que intenta hacer Trump contra los migrantes depende de una criminalización previa como sucedió a Martín Díaz, migrante arrestado por agentes sin identificación y sin orden. Y al mismo tiempo, el desprestigio a nivel internacional de México depende de ataques sistemáticos desde la sociedad civil liberal, como el reciente artículo de Stephania Taladrid en la revista New Yorker.
