La prehistoria es el periodo de la historia humana anterior a la invención de la escritura, hace aproximadamente cinco mil años. Se divide en tres grandes etapas: Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales.
Durante el **Paleolítico**, los seres humanos eran nómadas, vivían de la caza, la pesca y la recolección. Utilizaban herramientas rudimentarias de piedra tallada y habitaban cuevas o refugios naturales. En este periodo apareció el fuego y las primeras manifestaciones artísticas, como las pinturas rupestres.
Con el **Neolítico** surgió un cambio profundo: las personas comenzaron a practicar la agricultura y la ganadería, lo que permitió una vida sedentaria. Se desarrollaron los primeros poblados, se perfeccionaron las herramientas (pulidas en lugar de talladas) y se construyeron viviendas estables. Esta revolución agrícola dio lugar a una mayor organización social y al intercambio de bienes.
La **Edad de los Metales** marcó la transición hacia las primeras civilizaciones. El ser humano descubrió y empezó a utilizar metales como el cobre, el bronce y más tarde el hierro. Esto permitió fabricar armas y herramientas más eficaces. Aparecieron las primeras ciudades, la escritura, y una jerarquía social más compleja, lo que señala el fin de la prehistoria y el inicio de la historia propiamente dicha.
La prehistoria es clave para entender el origen de la humanidad y cómo nuestros antepasados desarrollaron conocimientos y habilidades que hicieron posible la civilización.
