Nuestro recorrido por el Prado con Agustín fue inolvidable. Más que un guía, es un narrador excepcional que convierte la visita en una experiencia literaria y profundamente emotiva. Con su relato, las obras de Velázquez, Goya o El Bosco abandonan sus marcos para susurrar historias de poder, fe y locura. No se limita a describir el arte; revela su alma, conectando los ecos del pasado con nuestra propia mirada. Sales del museo sintiendo que has participado en una conversación íntima con los grandes maestros. Una visita transformadora y absolutamente imprescindible para sentir el verdadero latido del Prado.