En este episodio me detengo a reflexionar sobre algo que muchas veces damos por hecho: el nombre que llevamos.
Ese conjunto de letras que no elegimos, pero que usamos para definirnos durante años —a veces para toda la vida.
Desde mi recorrido con la numerología, he aprendido que el nombre no es solo un identificador… es un código vibracional que influye en nuestra energía, nuestras elecciones y nuestra misión en este plano.
Nuestro nombre revela potenciales, desafíos, y también pistas sobre nuestra función dentro del árbol familiar al que llegamos.
Pero… ¿y si no nos sentimos representad@s por ese nombre?
¿Y si quisiéramos renombrarnos para alinearnos con lo que somos hoy?¿y si se llega a cumplir la misión familiar y ya puedes pasar a otra cosa?¿no deberías entonces ajustar tu nombre a la nueva misión?
Como hacen much@s artistas, cantantes o creadores, elegir un seudónimo puede ser una forma de reclamarnos
De diferenciar entre la identidad pública y la íntima.
De proteger la esencia y, a la vez, proyectar lo que deseamos invocar.
Hoy te comparto mi mirada sobre los nombres como hechizos, como palabras vivas que convocan realidades…
Y te invito a preguntarte:
¿Qué estás invocando con el nombre que llevás? Y si pudieras, ¿qué nombre elegirías para la versión más auténtica de ti?