Esta semana me di todo.
Me di presencia, aunque a veces me costó.
Me di paciencia, aunque no siempre la sentí.
Me di permiso de sentir, de equivocarme, de volver a intentar.
Me di amor, aunque fuera en trocitos.
Me di espacio para aprender, para soltar, para crecer.
Y hoy, simplemente, me reconozco.
No tengo que poder con todo.
No tengo que sostenerlo todo.
No tengo que explicarlo todo.
Hoy solo tengo que estar. Respirar. Agradecer.
Y confiar en que lo que sembré esta semana… ya está floreciendo.