Artículo del profesor Jorge Ángel Livraga aparecido en la revista Nueva Acrópolis de España nº 285, en el mes de octubre de 1999.
"En mi último viaje a Inglaterra tuve la fortuna de visitar la antigua catedral de Winchester. Milenario centro de peregrinación y religiosidad, uno de los vórtices mágicos del planeta, el lugar en que en el siglo XI se levantó la actual catedral gótica sobre fundamentos normandos que aún son visibles en el crucero, fue asiento de santuarios hundidos en el más remoto pasado, anterior aun a los romanos.
Una característica excepcional de esta gran obra es que, por debajo de ella, corre una vía de agua del río Avon, lo que la convierte en una suerte de buque de piedra sobre las corrientes de las aguas, con todo el contenido simbólico y esotérico que ello implica. Desde otro punto de vista, es como el místico puente que, a través de las heladas aguas subterráneas, permite la unión de una y otra orilla."