Un puerto puede ser mucho más que una montaña. El Stelvio, con sus curvas infinitas y su aire fino, se convierte en una metáfora de lo que significa la paciencia en la vida y en el ciclismo.
En este episodio contamos la historia de Marco Bertolini un ciclista de Bormio que decidió subirlo cada verano, año tras año, como un pacto consigo mismo.
Su historia nos habla de constancia, de aceptar el paso del tiempo y de competir en silencio contra nuestras propias dudas.
Una reflexión sobre lo que significa ser ciclista amateur, sobre lo que se gana y lo que se pierde… y sobre por qué, a veces, lo más valioso no es llegar arriba, sino no dejar de intentarlo.