Una nueva reflexión para comenzar tu día, Solo cree
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Si te gusta predicadores como Dante Gebel, Claudio Freidzon, Itiel Arroyo, Danilo Montero, Jhon Maxwell y otros , este es tu podcast
En muchas oportunidades hemos estado pidiendo algo a Dios y no hemos visto respuestas. Aparentemente Dios no nos respondió o no concedió nuestra petición.
Sin embargo, ¿Hemos hecho algo para que eso suceda? No digo que ayudemos a Dios, porque Él es suficientemente poderoso para obrar, pero a veces Dios nos demanda pasos de fe.
Hay una historia conocida sobre un alpinista, quien desesperado por conquistar el Aconcagua inició su travesía después de años de preparación. Como quería toda la gloria para él solo, decidió subir sin sus compañeros.
Empezó a escalar y se fue haciendo cada vez más tarde y en lugar de acampar, decidió seguir subiendo, firmemente decidido a la cima. Llegó la noche y ya no se podía ver absolutamente nada.
El alpinista siguió subiendo por un acantilado y a sólo 100 metros de la cima, se resbaló y empezó a caer por los aires a una velocidad acelerada. En esos terribles momentos pasaron por su mente todos los hermosos recuerdos de su vida y también aquellos momentos que hubiera deseado olvidar. Como se suele decir: su vida pasó ante sus ojos. Estaba seguro de que iba a morir, pero de repente sintió un tirón muy fuerte. La cuerda que iba amarrada a su cintura, y que estaba sujeta a las estacas que había ido clavando mientras escalaba, detuvo su caída. En ese momento decidió pedir ayuda a Dios y empezó a gritar: ¡Ayúdame Dios! De los cielos una voz le contestó: ¿Qué quieres que haga Hijo mío?