Lo que vimos la noche del 10 de septiembre en el Senado de la República Mexicana fue la consolidación de una nueva élite que, por sus métodos violentos contra sus opositores, merece llamarla una "nueva mafia del poder", como suele decir el presidente López Obrador. Ahora, si él ordena a sus senadores y diputados incondicionales decir que 2+2=5, así lo van a repetir, aunque sea una negación de la realidad.