Este material se adentra en la psicología pura del trading, revelando por qué el éxito constante no depende del análisis técnico o de adivinar la dirección del precio, sino de alcanzar y mantener el estado mental conocido como "La Zona".
La premisa fundamental es que nadie pierde dinero por culpa del mercado, sino por culpa de uno mismo. El trading actúa como un espejo brutal, reflejando el miedo, la codicia, la impaciencia y las expectativas irreales del operador. El mercado, por su parte, es neutral y no tiene emociones ni intención.
La inmensa mayoría de los traders fallan —estadísticamente, el 95% de los traders de futuros pierden su dinero en el primer año— porque intentan controlar el mercado o predecir el futuro, lo cual es imposible, ya que cualquier cosa puede suceder en cualquier momento. De hecho, los errores más costosos (como no predefinir el riesgo o no cortar las pérdidas) son el resultado directo de la creencia de que se puede saber lo que ocurrirá después
