El camino del artista se presenta como una guía integral para la rehabilitación creativa, equiparando el proceso con el movimiento de recuperación de doce pasos, enfatizando su naturaleza autónoma y dirigida por pares. El propósito central es desbloquear la creatividad inherente en cada persona, vista no como un lujo, sino como la verdadera naturaleza espiritual del ser humano, cuya represión provoca estancamiento y sufrimiento. La metodología se cimienta en herramientas prácticas como las "páginas matutinas" (escritura diaria de flujo de conciencia) y la "cita con el artista" (tiempo de juego y auto-nutrición semanal) para fomentar la autoexploración, la liberación emocional y la conexión con una fuente creativa superior. El texto aborda y desarma los principales obstáculos que impiden la expresión artística, como el Censor interno (la autocrítica y las creencias negativas), el miedo (al fracaso, al éxito o al abandono) y los mecanismos de bloqueo (adicciones y distracciones); además, advierte sobre los "compañeros de juego venenosos" y los "enloquecedores" que sabotean el crecimiento. Finalmente, Cameron subraya que el éxito creativo es un proceso continuo y espiral que exige la humildad de empezar de nuevo, la acción constante para superar la parálisis y la formación de "espejos creyentes" (grupos de apoyo) que validen y celebren el viaje creativo.