El hombre más rico de Babilonia es un compendio de sabiduría financiera, presentado a través de parábolas ambientadas en la antigua Babilonia, que enfatiza la importancia de la adquisición, conservación y multiplicación de la riqueza. La narrativa se centra en la figura de Arkad, "el hombre más rico de Babilonia," quien revela a sus amigos y estudiantes las reglas sólidas que hicieron de la ciudad un imperio de abundancia, a pesar de sus orígenes humildes. Las lecciones clave giran en torno al principio de "pagarse a sí mismo primero" (reservar una décima parte de las ganancias), controlar los gastos, invertir prudentemente para que el dinero trabaje como "esclavo," y desarrollar la habilidad para adquirir bienes y aprovechar las oportunidades sin procrastinar. El objetivo final de esta sabiduría, que se transmite de generación en generación, es asegurar una renta futura y la protección familiar, demostrando que la riqueza es el resultado del conocimiento y la diligencia, no de la suerte.