Los espacios naturales protegidos son áreas designadas para conservar y proteger la biodiversidad, los ecosistemas, la belleza escénica y los recursos naturales. Estas áreas incluyen parques nacionales, reservas naturales, áreas marinas protegidas y sitios del patrimonio mundial. A menudo, estas áreas son ricas en recursos naturales, como agua, bosques, vida silvestre y paisajes impresionantes, lo que las hace atractivas para actividades económicas como el turismo, la agricultura, la pesca y la minería. Sin embargo, el desarrollo económico en estos lugares debe ser cuidadosamente planificado y gestionado para evitar daños irreparables al medio ambiente.
Uno de los principales desafíos en el desarrollo económico en espacios naturales protegidos es encontrar un equilibrio entre la conservación de la naturaleza y la generación de ingresos. Esto implica considerar la sostenibilidad a largo plazo, de manera que las actividades económicas no agotan los recursos naturales ni degradan los ecosistemas. Para lograr esto, se requiere una planificación adecuada, regulaciones efectivas y una gestión responsable por parte de las autoridades y las partes interesadas.