No podemos dejar que pase marzo sin meditar en la persona de San José. El autor nos acercará San José de una manera sublime, tal vez distinta a alguna antes meditada y sobretodo cercana, inspiradora e imitable.
Solo la gracia de Dios puede obrar en nuestras almas algo parecido a lo quebró en el gran San José: acercarnos al misterio, vivir familiarmente cerca a Jesús y María y dejarnos traspasar por la fuerza de su Luz.
¡Vamos a escucharlo!