En una era posmoderna cuya base es el relativismo la verdad es desechada y la mentira buscada. Esto no es exclusivo de esta era, sino de la naturaleza del Ser humano.
Continuamos acompañando al Señor camino a la cruz. En estos versos es presentado frente al sumo sacerdote, testigos falsos aparecen profiriendo mentiras. Caifás interroga al Señor y confiesa la declaración cristológica más rica del Nuevo Testamento, tristemente la verdad es rechazada.
53 Llevaron a Jesús al sumo sacerdote, y se reunieron* todos los principales sacerdotes, los ancianos y los escribas. 54 Pedro lo siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote y se sentó con los guardias[a], calentándose al fuego[b]. 55 Y los principales sacerdotes y todo el Concilio[c] procuraban obtener algún testimonio para dar muerte a Jesús, pero no lo hallaban. 56 Porque muchos daban falso testimonio contra Él, pero sus testimonios se contradecían[d]. 57 Algunos, levantándose, daban falso testimonio contra Él, diciendo: 58 «Nosotros le oímos decir: “Yo destruiré este templo[e] hecho por manos, y en tres días edificaré otro no hecho por manos”». 59 Y ni siquiera en esto coincidía[f] el testimonio de ellos.
60 Entonces el sumo sacerdote levantándose, se puso en medio y preguntó a Jesús: «¿No respondes nada? ¿Qué testifican estos contra Ti?». 61 Pero Él se quedó callado y nada respondía. Le volvió a preguntar el sumo sacerdote[g]: «¿Eres Tú el Cristo[h], el Hijo del Bendito?». 62 Jesús le contestó: «Yo soy; y verán al Hijo del Hombre sentado a la diestra del Poder y viniendo con las nubes del cielo».
63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus ropas, dijo*: «¿Qué necesidad tenemos de más testigos? 64 Han oído la blasfemia; ¿qué les parece?». Y todos lo condenaron, diciendo que era digno de muerte. 65 Y algunos comenzaron a escupir a Jesús, le cubrían el rostro[i] y le daban puñetazos, y le decían: «¡Profetiza!». También los guardias[j] lo recibieron[k] a bofetadas[l].
