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El Señor es llevado por los principales sacerdotes ante Pilato, el cuál indaga en las acusaciones que se le hacen al Cordero de Dios. En este sermón vemos como es que tres poderes se confrontan en esta escena, cuales son los propósitos de cada uno de estos poderes.  1. El poder de la falsa religiosidad. 2. El poder político. 3. El poder del amor.  Marcos 15:1-20 Nueva Biblia de las Américas  15 Muy de mañana, los principales sacerdotes prepararon enseguida una reunión con los ancianos, los escribas y todo el Concilio[a]; y atando a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. 2 «¿Eres Tú el Rey de los judíos?», le preguntó Pilato. «Tú lo dices», respondió* Jesús.  3 Y los principales sacerdotes lo acusaban de muchas cosas[b]. 4 De nuevo Pilato le preguntó: «¿No respondes nada? Mira de cuántas cosas te acusan». 5 Pero Jesús no respondió nada más; de modo que Pilato estaba asombrado.  6 Ahora bien, en cada fiesta Pilato acostumbraba soltarles un preso, el que ellos pidieran. 7 Y uno llamado Barrabás había sido encarcelado con los rebeldes que habían cometido homicidio en la insurrección. 8 Cuando la multitud subió, comenzó a pedirle a Pilato que hiciera como siempre les había hecho. 9 Entonces Pilato les preguntó: «¿Quieren que les suelte al Rey de los judíos?». 10 Porque sabía que los principales sacerdotes lo habían entregado por envidia.  11 Pero los principales sacerdotes provocaron a la multitud para que le pidiera que en vez de Jesús les soltara a Barrabás. 12 Pilato les preguntó: «¿Qué haré, entonces, con el que ustedes llaman el Rey de los judíos?». 13 Ellos le respondieron a gritos[c]: «¡Crucifícalo!». 14 Y Pilato les decía: «¿Por qué? ¿Qué mal ha hecho?». Y ellos gritaban aún más: «¡Crucifícalo!». 15 Pilato, queriendo complacer a la multitud, les soltó a Barrabás; y después de hacer azotar a Jesús, lo entregó para que fuera crucificado. 16 Entonces los soldados llevaron a Jesús dentro del palacio[d], es decir, al Pretorio, y convocaron* a toda la tropa[e] romana. 17 Lo vistieron* de púrpura, y después de tejer una corona de espinas, se la pusieron; 18 y comenzaron a gritar: «¡Salve, Rey de los judíos!». 19 Le golpeaban la cabeza con una caña[f] y le escupían, y poniéndose de rodillas, le hacían reverencias. 20 Después de haberse burlado de Jesús, le quitaron el manto de púrpura, le pusieron Sus ropas y lo sacaron* para que fuera crucificado.