Es habitual hoy en día sentirnos cansados en nuestro día a día; esto no tiene que ser solamente a nivel físico, pues el cansancio emocional es incluso más habitual entre esas personas que han sufrido muchas decepciones. La dureza de la vida y la dificultad de ciertas situaciones puede acabar contagiándonos las ganas de tirar la toalla, no obstante, no debemos olvidar que siempre hay una luz al final del túnel.