El texto que estamos analizando encuentra su errada interpretación, con mayor frecuencia en el mundo de hoy, dentro del movimiento de “súper fe” o de “proclámalo y recíbelo”. Este movimiento enseña con toda liberalidad que nuestras palabras tienen poder por el solo hecho de ser pronunciadas, y que podemos crear la realidad siempre y cuando tengamos suficiente fe.
Un análisis de la Escritura nos muestra que tal premisa es por completo errónea. ¿De qué está hablando entonces el texto? De la oración.
Esto lo sabemos porque la oración se menciona en cada versículo:
v. 13b: “Que haga oración.”
v. 14b: “y que ellos oren por él…”
v. 15: “La oración de fe…”
v. 16: “y oren unos por otros…”
v. 17: “y oró fervientemente para que no lloviera…”
v. 18: “Oró de nuevo…”
El tema es la oración y la confianza en el Señor para lidiar con diferentes situaciones en
nuestras vidas, y no la sanación por fe.