La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, y su efímero paso por las mañaneras presidenciales, nos ha recordado la necesidad de superar el mito del “techo de cristal” y otras demandas clásicas del feminismo. Hoy la lucha feminista tiene la posibilidad de convertirse en un movimiento transversal que abarque e incorpore otras demandas sociales para exigir una sociedad en la que podamos vivir dignamente y no sólo sobrevivir.
Creada por las necesidades del salinismo en México, la noción de “sociedad civil” permitió suplantar la intervención estatal por una pretendida democratización de las relaciones entre el Estado y la sociedad. Para la 4T esto representó, antes que ello, la colonización de la sociedad civil por los intereses de la corrupción neoliberal y ha ameritado suplantar la sociedad civil por el pueblo nuevo y la ciudadanía; se trata de una retórica nacionalista que ha venido mostrando sus contradicciones toda vez que la configuración de una nueva ciudadana requiere del reconocimiento a la particularidad y no a la homogeneidad. Superar esta dicotomía podría favorecer la configuración de un estado posneoliberal.
Tabla de contenido:
“00:57 – Feminismos hoy: no sólo diamantina ni techos de cristal”.
“07:11 – La 4T y su incomunicación con la sociedad civil”.