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Una pregunta suele repetirse por estas horas en dirigentes y referentes de diversos rubros en la Argentina: ¿Qué porcentaje de la sociedad no se ha resignado a este retroceso permanente y mantiene aún sus deseos aspiracionales en el país? La respuesta podría medir aspectos múltiples.­

Pero en la observación de lo que sucede en el ahora famoso AMBA (área Metropolitana de Buenos Aires) surge una convicción. Existe un importante sector de la clase media que, aun habiendo ingresado en la pobreza por sus ingresos, se resiste a sentirse como tal y busca una salida. En este punto se apoyan quienes creen que hay lugar para instalar una tercera vía que los represente y pueda tener efectos electorales. La reducción de la mirada al Gran Buenos Aires y la Capital Federal no es antojadiza. Es donde se define, cada vez con más evidencia, el poder del país.­

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INFLUENCIA DE PODERES­

Nunca antes había sido tan explícita la influencia del poder político bonaerense sobre el gobierno nacional. Es más, en las experiencias recientes, los presidentes asumían su poder y se proponían para sí, dominar el conurbano. Cuando no pudieron lograr ese objetivo, su poder terminó flaqueando. ¿Quién domina el Gran Buenos Aires? El peronismo. En sus múltiples interpretaciones ideológicas en las cuales se lo quiere englobar. Aún en aquellos territorios gobernados por intendentes provenientes de otras fuerzas políticas pero que en la práctica necesitan convertirse en barones. Palabra asociada, injustamente, sólo a los justicialistas.­

Alberto Fernández recorre el camino inverso. Luego de haberse esfumado el sueño que nunca nació del "Albertismo", sus acciones de gobierno son guiadas desde la ciudad de La Plata. En estas líneas se advirtió en varias ocasiones.­

La última de ellas fue luego de una foto demasiado explícita el 28 de marzo cuando en el patio de la Casa Rosada, sin el presidente, se ubicaron en la primera línea Axel Kicillof, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Martín Insaurralde y Mayra Mendoza. La gestualidad en política tiene el mismo valor o incluso superior al de la palabra. De allí que los tiempos modernos nos han llevado a la irrupción de la política "fotogénica" y ahora la "literaria" (consiste en escribir un libro para re instalarse en el tablero electoral).­

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HABLADURIAS­

Los intendentes del Frente de Todos muestran señales de apoyo al presidente de la República, en gran parte explicadas por cierto recelo que aún persiste con el mandatario provincial al que suelen, siempre en privado, criticarle que no sigue la lógica de la política sistémica de la provincia de Buenos Aires. Habladurías. En los hechos, Kicillof marca la agenda del conflicto con la oposición y Fernández no tiene margen para no ser arrastrado.­

Son cada vez más las voces internas que coinciden con el diagnóstico de Cristina Kirchner cuando sostuvo que hay "funcionarios que no funcionan". Y sostienen que "Alberto está sólo". Tampoco se descarta una instalación meditada del tema por parte del titular del Poder Ejecutivo quien, habría observado con detenimiento los mensajes que aquella imagen en el patio de las Palmeras de la Casa Rosada significó. Y, a su forma, busca resistir lo que hoy parece un acuerdo ya consumado. El problema radica en que la dinámica de la pandemia puede alterar cualquier resultado y elaboración previa.­

Días atrás, en una nota del diario El País de España se escribió "Saldremos de esta, porque no hay virus ni crisis que 100 años dure, y saldremos más pronto que tarde. Pero ese será el momento más peligroso: la gente no se rebela cuando las cosas están mal, sino cuando sus expectativas se ven defraudadas".­