Al término de la semana comenzaron a aparecer algunos atisbos de gestión. A pesar de la acción mucha improvisación. Traer los gendarmes a Rosario como en el 2014 es repetir más de lo mismo. El ciudadano se da cuenta que están haciendo la plancha, que no guardaron la reposera y que deben responder por la propia presión. No nos gusta que nos tomen de boludos.