De la misma manera, dejen que sus buenas acciones brillen a la vista de todos...
Hace mucho tiempo me preguntaba por el valor de planear, de tener metas de hacer un propósito, nunca imaginé el peso de mi esencia en ello, el valor de trabajar mi autoestima, mis debilidades y flaquezas, entendí que para ayudar a otros debía mejorar, debía ser alguien con un buen ejemplo, entendí el sabor de mi esencia, ese sazón único que sólo yo puedo ofrecer a otros... y tú ¿Sabes cuál es tu sazón?